Quiero mi libertad y me las estás quitando. No me habría hecho eso infeliz si los grilletes me hubieran atado a tu corazón.
Pero no estoy allí.
Mis dudas tenían razón. Ni falta hace que lo digas con palabras...
el silencio habló claro.
Quiero mi libertad, la que me has quitado. Lo acusa el dolor en mi pecho cada vez que te extraño. Te la has enganchado. Sin querer y sin saber, la sigues halando con la sonrisa tierna que ya no puedo ver, con lo que dijiste, con lo no dicho, con lo que quise creer en mi mente ilusa y mi soñar despierta...
A pesar de todo, dejé la puerta abierta por si llegaban noticias tuyas...
Ni siquiera te has asomado... Ya estás libre sin mí.
Otro pasa ofreciendo ataduras que sostengan mi corazón desamparado.
Hubiera preferidotus abitaduras para anclar mi corazón en ti, pero me has olvidado.
Se anuda mi garganta cuando pienso que no sé de qué manera amar… El amor que me fluye inagotable lo envío hecho palabras con el viento a la música, a los matices, a la imagen, a la fauna, a la floresta y a la mar
Pero dentro, de adentro de mi esencia está el tuyo. Es sólo tuyo y tu no estás.
Si sintiera tu piel entre mis brazos, tu pasión fluyendo hacia mi oído, y el aroma de tu aliento en mi regazo mi manera de amar tendría sentido
Allí, cuando arribe el cotidiano mi amor sin condición puede cansar.
Prefiero tenerlo aquí guardado hasta inventar aquel modo de amar, de amarte a ti, floreciendo cada día incomparable y especial
Imagen: Field of Dreams, Sheila Wolk, pintora e ilustradora norteamericana.
Música en la imagen: Stanley Myers - Cavatina, gentileza de Charles Cinqüentão Midis Voices